jueves, 2 de agosto de 2012

00 30 LA EQUACIÓN






LA EQUACIÓN

América Latina fluctúa entre el comunismo, el socialismo y el mercado libre.
El comunismo, aunque es agresivo y tiene grandes simpatías en la región, ha sido estigmatizado debido a los fracasos obtenidos en los ex países comunista de Europa, Asia y sobre todo el de Cuba; a su connotada imposición por la fuerza de su sistema económico y la irrestricta falta de libertad y desarrollo personal en sus malhadados ensayos de imposición política. Todo ello ha llevado a la ideología comunista a un descredito mundial donde, por fin, se rebela su carácter dictatorial, retrogrado y utópico, causante del mayor mal que ha asolado a la humanidad y donde, comparado con el “nazismo”, pareciera ser éste último, un juego de niños. Pero en América Latina todavía, entre las masas más paupérrimas y desfavorecidas, guarda una especie de aceptación visceral, por la promesa siempre renovada y nunca cumplida, de mejoras en el estado de vida de dichas masas. La ignorancia y miseria de una gran parte de la población, su hacinamiento y formas vitales primitivas y desordenadas: hijos sin padres, alcoholismo, drogas, robos y asesinatos, sobre todo en los barrios de “ranchos”, “favelas” etc. hacen, de esas masas, excelentes medios de cultivo para esa anomalía que promete lo que no es capaz de cumplir. Pero cualquiera que trasmita esperanzas de mejoras y adelantos, es, para ellos, las masas ranchíferas y fabelianas, una posibilidad en un mundo sin aparentes salidas y mejoras. Agregando a esto la doctrina de la lucha de clases y la exculpación de sus “miserias” debido a su condición social que justifica cualquier brutalidad, desorden, crimen, robo o revolución sangrienta, para revocar el viejo orden e implementar el “socialismo” mediante la “dictadura del proletariado”, donde los pobres, desposeídos y olvidados serán compensados, por el estado, con unas condiciones de vida que siempre envidiaron a los “burgueses” y que nunca se podrán cumplir, pues el esfuerzo, la capacidad y la creatividad personal no se estimulan. Todo esto “firma” un panorama complejo y triste de una región del mundo rica en gente optimista, inteligente y “viva”, con unas posibilidades materiales de riqueza, recursos de todo tipo y juventud “vital” y social remarcables. El comunismo nunca fue, es o será solución a los problemas de las sociedades humanas subdesarrolladas.

El socialismo, inspirado en la ideología comunista, pero con apertura a las doctrinas, en lo económico, de las ideas de desarrollo mercantilistas; viene tomando fuerza y presencia en la región, principalmente en países como Brasil.  Su “encanto” deriva de la aparente “síntesis” hegeliana que se pretender hacer entre la tesis capitalista y la antítesis comunista; pero en la realidad su desempeño es inestable y depende más de la personalidad del ductor de un régimen dado que de su filosofía intrínseca, la cual no está todavía bien especificada.
El socialismo en Latinoamérica tiene varias vertientes o ensayos que van actualmente, desde el “seudo socialismo” del siglo XXI en Venezuela, pasando por el de Bolivia, indigenista, el de Ecuador, semidictatorial-liberal; el de Argentina, personalista y corruptelar, hasta el de Brasil que al parecer ha logrado la síntesis más precisa, útil y practica de ello. Pero todas estas “búsquedas” aún deben superar una serie de obstáculos, derivados de los años y siglos de políticas erradas y antihumanas que lastran su realización plena en lo que es posible.
El socialismo a la europea, aunque liberales, por ser una expresión más ajustada al marxismo-comunismo clásico, no es modelo a imitar por Latinoamérica, pues se evidenció su fracaso en varios países del viejo continente y actualmente (mediados del 2012) se pagan las consecuencias de ello. Pero entonces ¿cuál será el modelo que se pueda implementar en los países latinos de américa?  No parece apropiado el socialismo estilo siglo XXI, con su entrega irrestricta a naciones como China, Irán, Bielorrusia, Rusia misma y que estigmatiza a los EEUU pero se entrega incondicionalmente a Cuba y a países donde imperan las dictaduras más represivas y retrógradas. Los demás ensayos de socialismo mercantil, siguen las pautas dictadas por Venezuela de una manera más o menos disimulada, sólo Brasil parece haber encontrado una fórmula capaz de satisfacer las tendencias, al parecer antagónicas, del socialismo y el comunismo. Veremos, con el tiempo, si es así.

La otra y más antigua tendencia económico-social del desarrollo material humano, es el capitalismo o el libre mercado, en lo económico, y la libertad más amplia que se pueda dar en lo personal y el respecto a la autonomía de cada ser humano. Esta tendencia, desarrollada de manera más extensa por la Gran Bretaña y extendida mundialmente por los EEUU, tiene una definición vital anglosajona que se desarrolla a partir de su pasado mercantilista y la filosofía pragmática de Hume, Locke, Berkeley y fue sistematizada por Adam Smith en: “La riqueza de las naciones” y otros escritos de tendencia similar:

“El capitalismo es un orden social que resulta de la libertad económica en la disposición y usufructo de la propiedad privada sobre el capital como herramienta de producción. En el capitalismo, los individuos y las empresas llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes o de servicios en forma libre dentro de la división del trabajo, con el propósito necesario del beneficio monetario para la obtención de recursos en función de cualquier orden de fines dentro del marco de una cooperación mediatizada por el mercado.2 La distribución, la producción y los precios de los bienes y servicios son determinados por el libre mercado, la oferta y la demanda entre productores y consumidores." (1)

El capitalismo aunque relativamente imperfecto y con tendencias egoístas y de desigualdades económicas y sociales; ha demostrado ser el más completo instrumento social para conjugar la economía con la libertad y desarrollo del ser humano. Su capacidad de ser perfectible y adaptable a diferentes circunstancias; de ser creador nato de riquezas y desarrollo económico, científico, cultural y social hace de su praxis la más adecuada al desarrollo de cualquier nación; pero sus “males” como el abuso a las personas en el extremo del capitalismo salvaje y su énfasis en el dinero por encima de cualquier consideración humana; lo encierran en parámetros de desarrollo muchas veces supeditados a intereses espurios e innobles. Esto que es su más connotada debilidad, debe ser vigilado y encauzado constantemente por los gobiernos de manera adecuada y continua. Y esto no es fácil dada la tendencia del egoísmo humano a pensar sólo en su propio beneficio y placer personal.
Como se puede observar de manera muy sucinta, la perfección en las sociedades humanas pasa y pesa por las imperfecciones de todo lo que arrastra el hombre de vicios, egoísmos, violencias, insatisfacciones, locuras, mentiras y la panoplia de definiciones espurias y malvadas que forman, junto a lo bueno, el entramado inmenso de lo humano en cada persona. Esto que condiciona, lo queramos o no, el “pasar” aquí en el planeta tierra y, marca determinándolo, los usos, costumbres, leyes y abusos en lo social, es la piedra esencial de lo que debe ser cambiado en cada uno para mejorar las sociedades y la vida en ellas de las personas sometidas a sus leyes y costumbres.

(1) http://es.wikipedia.org/wiki/Capitalismo


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