sábado, 23 de mayo de 2009

00 14 PUNTUALIZACIÓN.



Mi estimado amigo, permítame tratarlo de tal manera, pues, así es, como puedo sentir, la empatía que me produce su clara posición en relación con el comunismo y la actitud de Chávez; pero también es verdad, que no puedo estar de acuerdo con Ud. en su forma de entender la ética. No hay fracaso en la ética, sino en la interiorización, en cada ser humano, de las verdades que la filosofía cristiano-aristotélica ha transmitido. No es un problema de falla ética sino de "absorción" de las verdades primordiales del cristianismo en la "voluntad de ser" de cada uno de los hombres que componemos el entramado de una sociedad. Las filosofías racionalistas de los últimos siglos, han debilitado y corroído los sustentos fundamentales de las posiciones éticas tradicionales, aún no convenientemente adaptadas a las expresiones de pensamiento de las sociedades actuales. El espíritu humano es siempre el mismo, quiero decir en sus cualidades de ser; son las definiciones racionales, impuestas por la fuerza o los vicios, los que comprometen la observación de su claridad y armonía. Los principios éticos y básicos del cristianismo son escuetos, claros y sencillos: Ama a Dios sobre todas las cosas y al "próximo" como a ti mismo (cambio el término prójimo por próximo pues entiendo que esa es la definición más clara del primer término); ¿Qué mayor y mejor definición ética se puede pedir? El problema reside, me permito repetirlo, en la "inserción” dentro de la "voluntad de ser” de cada uno, como definición personal y determinante, de lo que estás sentencias quieren comunicar y expresarnos.

Mis saludos cordiales
Jorge Antonio Lastra

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